Durante una reciente visita de nuestros voluntarios para entregar alimentos, se identificó una familia de ancianos que habitaba en un hogar en condiciones deplorables y con un notable deterioro. Al percatarse de la situación crítica en la que vivían, se presentó el caso al comité de la Fundación, quien, con rapidez y determinación, aprobó los fondos necesarios para ayudar a esta familia tan necesitada. La urgencia de la situación llevó a la organización de un equipo de voluntarios, comprometidos en transformar el hogar de los ancianos y ofrecerles un entorno más seguro y habitable.
Con los donativos recibidos, se llevaron a cabo importantes mejoras estructurales en el hogar, abarcando áreas fundamentales como la cocina, la sala, los cuartos y los baños. Además, se instalaron nuevos enseres domésticos que facilitarán la vida diaria de la familia. Para complementar las reformas, también se les proporcionaron juegos de cuarto, así como muebles para la sala y el comedor, asegurando que el espacio no solo fuera funcional, sino también acogedor. Este esfuerzo colectivo no solo mejoró las condiciones de vida de la familia, sino que también les devolvió la dignidad y la esperanza de un futuro más brillante.













